Ya queda solo un mes para el verano y tambien para unos 17 millones de españoles asalariados, en mayor o menor cuantía, que cobrarán su paga extra. Pero no se trata aqui de ser asalariado o no, sino de lo que uno va a planear para este verano.
Otros, las clases medias altas (extraña y truculenta definición), optarán por no moverse de su ciudad, o a lo sumo a unos pocos kilometros, y jugarán a ricos intentando gastar lo menos posible de la paga extra, frecuentando clubs deportivos o sociales de su ciudad, de los que son socios, y afirmarán que el club es suyo. Echarán monumentales broncas al camarero de ese pequeño club porque apuntó a su hijo -su cachorro, ese montruito- una Coca-cola de más, porque una cosa es hacerse el rico y otra serlo.
Se pondran verdes unos a otros, se sonreirán al mismo tiempo que se detestan, se tomarán algo juntos haciendo lo posible por no ser ellos los que paguen, y al volver le contarán a su mujercita que "estuve con el cretino de......". Y enseñarán a sus cachorros ese estéril y mediocre camino. aunque, eso sí, ya en tercera generación, como si fuera una especie de ducado o marquesado con Grandeza de España.
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