El Palacio de Las Dueñas fue levantado, en el siglo XV, por la acaudalada familia sevillana Pineda, una de las más ricas de Andalucía, en las afueras de Sevilla, aunque dentro del recinto amurallado. Cerca de este lugar, en el solar colindante, se hallaba el Monasterio de Santa Maria de las Dueñas, que da nombre al Palacio y a la calle en que se halla. Sus monjas daban servicio a los reyes de Castilla, y el monasterio sería derribado en 1868.
En toda Andalucía era conocida la afortunada posición económica de los Pineda, hecho que era sabido también por los moros, que en el año 1484, secuestraron a Juan de Pineda en la Ajarquía de Málaga. Pidieron por su liberación una fortuna, lo que obligó a la familia Pineda a vender el Palacio de Las Dueñas a Catalina de Ribera, esposa de Pedro Enríquez, fundadores de la Casa de Pilatos, aunque no se escrituró hasta trece años después. Debajo vemos un retrato de Catalina en azulejo, en el Paseo Catalina de Ribera de Sevilla.
El ilustre matrimonio levantó, a finales del siglo XV, el Palacio de los Adelantados Mayores de Andalucía, es decir, la Casa de Pilatos, que legaron a su primogénito Fadrique Enríquez de Ribera, quien terminó y engrandeció la magna obra, reuniendo además una importante colección de obras de arte del renacimiento italiano y español. Fernando Enriquez murió prematuramente, por lo que fue heredero finalmente Fadrique de todo ello, quedando parte del patrimonio en manos de una hija natural, Catalina.
Pedro Enríquez falleció en 1493, y su viuda Catalina de Ribera, además de impulsar las obras de ampliación y mejora de ambos palacios, fundó, con su hijo Fadrique, el Hospital de las Cinco Llagas, a título benéfico, actual sede del Parlamento de Andalucía.
Dueñas pasó a propiedad de la Casa de Alba por matrimonio, en 1612, de Antonia Enríquez de Ribera Portocarrero, IV Marquesa de Villanueva del Río, con Fernando Álvarez de Toledo y Mendoza, VI Duque de Alba.
El Palacio de Las Dueñas es una agrupación de naves en torno a un patio principal, otro patio llamado "De los Limoneros", y un tercer patio, llamado "Del Aceite", a la entrada del palacio. Como la Casa de Pilatos, fue sumando naves y adiciones de edificaciones, obras de ampliación y suntuarias, recibiendo de las sucesivas generaciones, adiciones y mejoras, además de aumentar notablemente sus colecciones de obras de arte.
Debido a todo ello, su estilo parte del gótico-mudéjar español, pasando al renacentista italiano, recibiendo de éste último estilo artístico, importantes aportaciones de la familia Enríquez de Ribera. Fadrique Enríquez de Ribera, tras una larga peregrinación a Jerusalén, viajó por las más importantes ciudades de Italia, desde el punto de vista artístico, como Venecia, Florencia, Nápoles y Roma, reuniendo una importante colección artística del renacimiento italiano, que acabaría revertiendo, en parte, en la Casa de Alba.El estilo renacentista italiano estaria tambien presente en las sucesivas ampliaciones del palacio. De los numerosos elementos constructivos y decorativos, notabilísimos, mencionemos, en primer lugar, su magnífico conjunto cerámico y de azulejería, constituyendo uno de los más importantes de Andalucía, Ya en la entrada, se puede contemplar el escudo de armas de la Casa de Alba en azulejo artesanalmente realizado, y dibujado a mano, por los mejores ceramistas sevillanos de la época, hechos en los célebres hornos de las alfarerías del Barrio de Triana.
A través de una alta portada, coronada por el escudo de armas de la Casa de Alba, accedemos, por bellas avenidas ajardinadas, al apeadero, donde la familia descendía del coche de caballos, y donde eran descargadas las mercancías que llegaban a palacio en las carretas. Contigua a la sala del apeadero, se halla la Sala de los Toros, donde se hallas expuestas algunas cabezas de toros y sillas de mano bordadas en oro.
Pasando la sala del apeadero, podemos acceder al patio principal, pero si cogemos el pasillo a la derecha, encontraremos, en primer lugar, las caballerizas, donde se cuidan los caballos de palacio. Es una sencilla estancia con pardes blancas, dividida con paneles de madera para delimitar el espacio de cada caballo, y unos pequeños abrevaderos en el fondo de cada cuadra
Antonio Machado era hijo de un matrimonio que servia a los Duques de Alba, y nació en este palacio un 26 de Julio de 1875, y se crió en él. Guardaba muy buenos recuerdos de esta casa, como refleja en sus versos:
" Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero...."
También en esta zona, encontraremos la alberca del palacio. La alberca era una construcción muy frecuente en los palacios andaluces, con el fin de almacenar agua, En aquella época, aún no estaba extendida la primitiva red de agua a través de los antiguos "caños", y era necesario almacenarla para épocas de escasa pluviosidad.
En el flanco oeste del Patio Principal, se dispone una preciosa sala, de planta rectangular, conocida como el Salón de la Gitana, por estar presidida por una bella escultura de Mariano Benlluire, realizada en bronce, representando una gitana, la famosa bailaora "La Pinrrelitos", hecha en 1909. Se hallan en esta sala tapices y alfombras de incalculable valor, así como un amplio y variado compendio de muebles antiguos de exquisita factura. En esta zona se halla también la magnífica escalera que parte hacia la planta superior.
En el flanco sur del patio principal, se halla la antecapilla, que es un distribuidor de planta rectangular, presidido por un gran arco de medio punto rematado con un exquisito trabajo de yesería, una de las mejores representaciones del arte morisco sevillano, y adornado con antiguas esculturas y macetas.
La capilla del palacio presenta una planta cuadrada, con zócalo de azulejo trianero, coronada por una doble bóveda de terceletes, característica del gótico manierista, un bello retablo y una pintura al óleo representando a "Catalina de Siena entre los Santos", obra de Neri de Bicci, de incalculable valor.
En esta zona se halla también la Sala de los Carteles, pequeña sala que recoge recuerdos de la Semana Santa sevillana, y de la Feria de Abril, como antiguos carteles de Semana Santa, En este mismo lugar se halla el tablao, donde las mujeres de Casa de Alba han aprendido el baile flamenco, decorado motivos flamencos, como cuadros, obras de artesanía, y algún antiguo traje flamenco, y también motivos taurinos, como un traje de torero.
El Salón de Lectura, contiguo a la antecapilla, presenta un amplio y variado compendio de libros, entre ediciones originales, primeras ediciones e incunables, de gran valor, constituyendo un espacio apartado y silencioso para la lectura.
Al otro lado del Patio del Aceite, se halla el Jardín de Santa Justa, por donde podemos pasear admirando su riqueza vegetal y las antiguas esculturas que lo adornan, algunas de la época romana.
Todo ello constituye, con algunas otras salas cerradas al público, la planta baja del palacio, que es, junto con el Palacio de los Adelantados Mayores de Andalucía (Casa Pilatos), también en Sevilla, las dos obras de arquitectura civil privadas más importantes de Andalucía. La planta alta está destinada a habitaciones y salones privados de la familia, y también está cerrada al público, que puede visitar el palacio en las dependencias de planta baja que hemos comentado y sus jardines y patios, gracias a la generosa decisión del actual Duque de Alba, desde marzo de 2106.
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