La Casa de Pilatos comenzó a construirse en 1483, a instancia de Pedro Enriquez de Quiñones, Adelantado Mayor de Andalucía, y su esposa, Catalina de Ribera. El Adelantado Mayor era un comisionado por la Corona, retribuido por la misma, para un fin determinado, en este caso de carácter militar y fronterizo, pues representaba la frontera entre el mundo cristiano y el musulmán.Se diferencia del Adelantado (sin más matices) en que éste estaba comisionado (y pagado) por otro órgano de gobierno, mientras que el Adelantado Mayor realizaba un cometido por encargo directo del Rey.
Se unieron de este modo dos de las dinastias de mayor significación económica y política de la época. Catalina de Ribera sería quien diese una fortuna a la familia Pineda por el Palacio de las Dueñas, para que éstos pudiesen pagar el rescate por Juan de Pineda, secuestrado por los moros, pasando de este modo Dueñas a manos de la dinastía Enríquez de Ribera, probablemente la más rica de Andalucía.
Catalina toma la rienda en la planificación y construcción del palacio Pilatos al morir Pedro Enríquez en 1493, cunado volvía de la conquista de Granada. En unos terrenos que habían sido confiscados por el Santo Oficio, levanta una enorme mansión que se organiza en torno a un gran patio central, presidido por una fuente en su centro, porticado con columnas de mármol blanco, que susentan arcos de medio punto con yeserías mozárabes, y ornamentado con metopas que representan emperadores romanos y españoles.
Su hijo Fadrique Enríquez de Ribera, I Marqués de Tarifa, continúa la obra iniciada por su madre, con importantísimas aportaciones personales. Tras peregrinar a Jerusalén en 1518, realizó un largo viaje por Italia.En Nápoles, Florencia, Venecia y Roma, le cautivó el arte que se desarrollaba en el Renacimiento Italiano. Esto influyó en el estilo de las sucesivas obras del palacio, así como en la ornamentación del mismo, constituyendo además una amplia y valiosa colección de obras de arte, fundamentalmente pictóricas, del arte renacentista italiano.
Su gran fortuna permitió a la familia ir adquiriendo solares colindantes, sumando a la edificación primitiva importantes adiciones, que fueron configurando el fabuloso conjunto arquitectónico que hoy podemos contemplar. En él se combinan la tradición gótica y mudéjar medieval con las nuevas corrientes renacentistas, cuyos inicios ya pudo conocer Fadrique en su estancia en Italia, y que pronto llegaron a España.
En 1520, comenzó a celebrarse en Sevilla un Via Crucis que partía de una sala póxima a la capilla de Palacio, el Salón de Pretorio. Pero en 1929, era tal el número de personas que querían tomar parte en el mismo, que decidieron que se iniciara en la puerta de la casa. De este modo, la Primera Estación del Vía Crucis, correspondiente al Juicio de Jesucristo en casa de Poncio Pilatos, partía de la puerta del palacio, y culminaba en el Templete de La Cruz del Campo, por lo que se le empezó a llamar Casa de Pilatos, y es el antecedente de la actual Semana Santa sevillana
En la Casa de Pilatos, se combina, de este modo, el arte mudéjar sevillano con el renacentismo italiano. Su heredero y sobrino Per Afan de Ribera, I Duque de Alcalá y Virrey de Nápoles, realizó sucesivas ampliaciones del palacio, y aumentó notablemente la colección de arte italiano con motivo de su estancia en Nápoles como Virrey, cuya corte estuvo frecuentada por los más importantes artistas de la época. El Virrey de Nápoles fue además obsequiado por el Papa Pío V con importantes piezas de la colección vaticana.
El Virrey de Nápoles dedicó parte de su fortuna a promover las artes en su corte, y encargó a los mejores pintores napolitanos numerosos cuadros en los que se representaban escenas de caza, bodegones, retratos de él y de su familia, pintura religiosa y paisajes, haciendo acopio de una gran colección y siendo un gran mecenas de los pintores de su época.
Desde el patio, podemos ir a dar un paseo por los fantásticos jardines, adornado con estanques, fuentes y valiosas esculturas que la familia fue adquiriendo, algunas de ellas de la época romana, o bien subir a la planta superior, a través de una fabulosa escalera, con zócalo de azulejo trianero, y un extraordinario artesonado ornamentado con mocárabes, del estilo de los de los Reales Alcázares de Sevilla o la Alhambra de Granada.
En la planta superior se encuentran los salones y habitaciones principales. Aquí se halla la valiosisima colección de obras de arte que comentábamos antes, que la familia reunió en sucesivas generaciones entre los siglos XVI y XIX. Deben destacarse los frescos pintados en los techos de la sala anexa al Torreón por Francisco Pacheco, sublime pintor sanluqueño y suegro de Velázquez, que representan la Apoteosis de Hércules.
En otra sala anexa se halla una pintura de Francisco de Goya, perteneciente a la serie pictórica La Tauromaquia, que representa el arrastre de un toro tras su lidia. Casi todas las estancias de este soberbio palacio albergan magnificas obras pictóricas, muchas de ellas del renacimiento italiano y el barroco español. Deben destacarse dos tablas de Falciatore representando escenas de caza y La Piedad, de Sebastiano del Pombo, quizá su obra maestra. El Bautismo de Cristo, de El Greco, también está en la colección de esta casa, así como el "Retrato del Cardenal Tavera", y "San Francisco de Asís", también del Greco. Todos estos cuadro se hallan en el palacio, excepto La Piedad, cedida en préstamo temporalmente al Prado.
También a destacar las obras de uno de los mejores maestros del barroco italiano del siglo XVII, el napolitano Luca Giordano, que fue discípulo de José de Ribera y vivió en España durante diez años, y ya como maestro de pintores, pintó los frescos de San Lorenzo de El Escorial, el Palacio del Buen Retiro, la Iglesia de Atocha y la Catedral de Toledo De los frescos que pintó para iglesias italianas, destacan los de la Basílica de Santa Maria en Venecia, así como la cúpula de la Iglesia de Santa Maria del Carmine en Florencia, y los del Palazzo Medici Riccardi. Merece especial mención en la pinacoteca de palacio, el cuadro del también napolitano Giusseppe Recco, maestro en la pintura de bodegones y contemporáneo de Luca Giordano. También pertenece a la colección de esta casa "Erminia entre los pastores", de Giordano.
El Palacio de los Adelantados Mayores de Andalucía, es uno de los edificios nobiliarios más importantes de Andalucía y una de las mejores obras de la arquitectura palaciega del siglo XVI, representativa de una época en que Sevilla era, como capital del comercio marítimo con América, la ciudad más rica y poblada de España.
La Casa de Pilatos, residencia de los Duques de Medinaceli, se puede visitar previa cita, y es quizá el más importante testimonio de los palacios nobiliarios urbanos de Andalucía. Con diez mil metros cuadrados de superficie edificada, es el segundo en tamaño tras los Reales Alcázares sevillanos, y el mayor palacio en propiedad privada de Andalucía.
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