Damos un buen paseo por Doñana, admirando su enorme manto vegetal, poblado, entre otras muchas variedades, por sauces, alcornoques y fresnos, con una gran riqueza en monte bajo, y caminamos sobrevolados por alimoches, currucas, fochas, garzas reales, gallinetas, e incluso hemos avistado algún aguilucho en sus primeros vuelos.
Vemos a lo lejos ciervos correteando por suaves lomas, linces caminando sobre algunos peñascos, y jabalíes escondiéndose entre el monte bajo Aqui tienen su último refugio dos especies muy nuestras que estuvieron hasta hace poco tiempo en peligro de extinción: el águila real y el lince ibérico, especies protegidas que han recuperado su presencia en nuestros montes.
La belleza de este lugar es indescriptible, y debe ser por ello que en él se levantó una de las residencias más privilegiadas, por diversos motivos, de toda España: el Palacio de Las Marismillas Este magnífico palacio se alza en la finca de igual nombre, Las Marismillas, que estuvo en propiedad del Duque de Medina Sidonia desde el siglo XIII, y fue el cazadero real favorito de Alfonso XI, ya en el siglo XIV.
Tras seis siglos en propiedad de los Duques de Medina Sidonia, la finca se dividió entre sus herederos a finales el siglo XVIII, y a principios del XIX uno de ellos la vendió al célebre bodeguero jerezano Guillermo Garvey.
Garvey mantuvo la tradición cinegética de la finca, en la que han cazado todos los reyes de Esapaña desde el siglo XIV. Alfonso XIII fue asiduo cazador en ella, al igual que otros miembros de la realeza europea, amigos de Guillermo Garvey, que se hospedaban en su casa. Es fama que Juan Carlos de Borbón, cobró su primera pieza cinegética en esta finca, con 16 años de edad.
Guillermo Garvey era descendiente directo del fundador de las bodegas jerezanas Garvey, el irlandés William Garvey Power, que llegó al Puerto de Bonanza a bordo de un antiguo velero desde su Irlanda natal, donde era un joven y avispado aristócrata que ya había hecho mucho dinero con el comercio de vinos y destilados.El barco que traia a Garvey desde Irlanda naufragó, y William fue rescatado por el capitan de la marina española Rafael Gómez, que lo hospedó en su casa de puerto Real. Allí conoció a su hija Sebastiana, con la terminaría casándose.
Nacido en el Condado de Waterford en 1756, llega a costas gaditanas en 1779, y en poco tiempo, y con sólo 24 años, funda en 1780 las bodegas que serían luego conocidas como Bodegas Garvey. Echó raíces en Jerez y casó con una española, Sebastiana Gómez, con la que tuvo una hija, Antonia, y un hijo, al que bautizó con el nombre del patrón irlandés, St. Patrick., y le llamó Patricio.
Patricio Garvey fue una figura importante y querida en Jerez. Intervino en la construcción del ferrocarril, en la que aportó importantes capitales y trabajo. Subvencionó en gran parte la traída de agua potable a la ciudad. Realizó infinidad de obras de beneficencia. Se caso con una joven aristócrata francesa de gran fortuna. Ángeles Capdepón y Lacoste, con la que tuvo once hijos, de los que sobrevivieron siete.
Terminó la bodega San Patricio, la mayor en Jerez, con 166 metros de longitud y 30.000 metros cuadrados construidos.En 1855 incorpora a la bodega, dándoles participación accionarial, a sus dos hijos mayores, Guillermo y Patrcio Garvey Capdepón, siendo aún muy joven el tercer varón, José Garvey Capdepón. En 1862 la Reina de España, Isabel II, visita las bodegas Garvey, que son nombradas Proveedoras de la Casa Real.
Guillermo y José no tuvieron descendencia, y Patricio, de su matrimonio con Consolación de la Mota y Velázquez-Gaztelu, tuvo cuatro hijas, que se casaron todas: Rosario con el Marqués de San Juan, Lola con el Marqués de Esquivel, Ángeles con el Marqués del Mérito, y Concha con el Marqués de Paradas.
Patricio consigue realizar otro de los deseos de su padre: elaborar y exportar destilados. No en vano, era irlandés, y no es necesario comentar lo que es un destilado para un irlandés. Cuando William Garvey llega a Jerez, sólo había siete destilerías en la ciudad, que ya exportaban brandy a Inglaterra y a sus colonias en la India. El 8 de Mayo de 1858, Patricio Garvey embarca su primera bota de brandy para un cliente en Londres.
Por su labor en favor de la ciudad de Jerez, a la que dotó de agua potable y ferrocarril, y sus méritos al frente de las bodegas jerezanas, por sus numerosas obras de beneficencia, por la riqueza y el trabajo que creó en esta bella ciudad, y por otros muchos méritos que sería largo de enumerar aquí, Alfonso XIII concedió a los Garvey el título de Conde de Garvey en la persona de Patricio Garvey Capdepón.
Pero volvamos a la Finca La Marismillas, que pasa en 1900 a propiedad de Guillermo Garvey Capdepón. Guillermo realizó una importante reforma y ampliación del palacio, y murió sin descendencia, por lo que legó la finca y el palacio a su hermano José. Éste realizó también algunas ampliaciones y mejoras en el palacio, que heredó una de sus sobrinas,Angeles Medina Garvey.
La finca pasa entonces a propiedad del Duque de Tarifa, Carlos Fernández de Córdoba, al casarse éste con Ángeles Medina Garvey, sobrina y heredera de Jose Garvey Capdepón. Entre 1912 y 1933 el Duque, que era ingeniero de montes, repobló la finca con gran variedad de especies vegetales, manteniendo los usos de cultivo y cinegéticos en otras partes de la finca.Terminó las obras de ampliación del palacio hasta la estructura que presenta hoy. Suma en su planta alta hasta 18 piezas, entre dormitorios y aseos, y un enorme comedor en su planta baja, con una mesa de caoba cubana, de 5 metros de longitud, fabricada en una sola pieza, que Guillermo Garvey adquirió en una subasta en la ciudad en San Francisco.
Las Marismillas pasa posteriormente a propiedad de Nieves Medina Garvey, hermana de Ángeles, casada con Felipe Morenés Garcia-Alesson, Marqués del Borguetto. En 1988, tras un largo proceso judicial, la finca pasa a propiedad del Patrimonio Nacional Español, que la destina a usos protocolarios. Todos los presidentes del Gobierno Español, desde Felipe González hasta Mariano Rajoy, han podido disfrutar de esta finca en sus períodos vacacionales.
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