Hay dos cosas inexcusables. una es un café caliente y otra es un zumo de naranja recién exprimido. El café es necesario para espabilarse, a ser posible con una buena adición de azúcar, que nos aportará la glucosa adecuada para desplegar una importante actividad.
Y digo un zumo recién exprimido, porque las vitaminas contenidas en el mismo no se mantienen integras mas de 15 minutos desde que son exprimidas las naranjas y obtenido el delicioso zumo, empezando a esfumarse a partir de ese momento.
En cuanto a los sólidos adecuados para acompañar estos dos preciados líquidos, yo aconsejo sin reservas nuestra joya mañanera y de todas las horas: la rebanada de pan tostado untada con aceite de oliva, pulpa de tomate y un poco de sal, a la que se le puede añadir una loncha de jamón serrano no muy curado.
Con este desayuno estamos listos para cualquier jornada laboral o de ocio, desde picar piedra hasta cortar leña.
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