Casa Ruperto fue abierto por Ruperto Blanco Caro en 1970, en su actual emplazamiento, en Santa Cecilia, 2, en el Barrio de Triana, tras su primitiva ubicación en la calle Castilla y después en la calle Alfarería. El local es sencillo, con pocos adornos, y bastante amplio, sin presentar la estética típica de las tabernas sevillanas, pues éste es otro de esos locales donde lo que importa es lo que hay en el plato. Es el punto de peregrinación de todos los fieles a las buenas codornices fritas, que es un culto que practican muchos sevillanos y no pocos visitantes, ya un tanto expertos en el tapeo sevillano.
Siguiendo la máxima de que "todo lo que vuela, a la cazuela", en este bar se han dedicado a ello hasta llegar a la excelencia. Los "pajaritos fritos", como se llama en Sevilla a esta deliciosa tapa, son macerados durante dos días en un adobo que permanece en secreto, en el que se percibe claramente el comino y el vinagre..Cuando la carne del pájaro ha asimilado estos sabores, se fríe en su punto justo y se toma, por supuesto, caliente, recién salida de la fritura. Mas de doscientas codornices diarias terminan sus vuelos en el aceite de este bar, al que acuden sus fieles desde hace muchos años para degustar esta exquisita especialidad.
Pero no acaban ahí las excelencias de la cocina de Casa Ruperto, pues cultiva otra de las especialididades más sevillanas: los caracoles. También bajo una fórmula secreta, en esta casa se prepara un sabroso guiso de caracoles, con una receta única en Sevilla, celosamente guardada en secreto por Ruperto.
También exquisitos el pincho moruno y el montadito de lomo.Si quieren probar quizá las mejores codornices de Sevilla, y buscan una cocina hecha con verdad, autenticidad y tiempo, no dejen de visitar este discreto bar de Triana.
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