Buenos antepasados tiene este bar. Porque este bar es hijo del celebérrimo Casa Balbino, que el soriano más conocido del mundo, Balbino Izquierdo, fundó en 1924 en el Bajo de Guía, como comentamos en otro artículo. Uno de sus hijos, Joaquín Izquierdo, en compañía de su mujer, Lola Trujillo, continuando la tradición familiar, funda hace pocos años este bodegón en la Plaza del Pradillo, hoy llamada Plaza de La Salle. Han elegido para ello una zona restringida al tráfico, muy tranquila y céntrica. Una fachada caleada en blanco, de la que cuelga un cartel con el nombre del bodegón, y una amplia entrada bajo los toldos, nos invitan a pasar adentro.
En el callejón al que da la otra fachada, hay una simpática terracita, donde poder tomarse una manzanilla disfrutando de la privilegiada climatología de Sanlúcar. Ambas fachadas dan a calles peatonales, por lo que resulta un lugar muy tranquilo y acogedor.
Ante todo hemos de avisar de algo: si quiere comer a mantel puesto, es mejor que reserve mesa, pues este lugar es un éxito de público casi a diario, y presenta una relación calidad-precio excepcional. Dicho esto, pasemos a explicar un poco qué se cuece en el Bodegón de Lola y Joaquín.
Excelentes chacinas y quesos viejos. Y todo con la profesionalidad aprendida en Casa Balbino, con su misma atención, simpatía, saber hacer y amabilidad. Y con calidad y verdad en el producto y en la elaboración. Y una extraordinaria carta de vinos, con especial atención a los vinos del Marco de Jerez.
Lo decíamos al principio: este bar tiene antepasados, y buenos, de la más alta aristocracia tabernaria sanluqueña, como es Casa Balbino.
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