Emilio Hidalgo, rico terrateniente gaditano, comienza su actividad bodeguera en 1860.Era ya propietario de extensas tierras con algo de viñedo, que producían pequeñas cantidades de vino para autoconsumo. Decide entonces poner en explotación sus tierras, plantando viñedo e instalando la bodega de cría de vinos en el casco antiguo de Jerez. Empieza así su andadura en la elaboración de vinos en el Marco de Jerez, obteniendo pronto un gran éxito en el mercado nacional y, más tarde, en el internacional. Ya en los comienzos del siglo XX, Emilio Hidalgo desarrolla una intensa actividad exportadora, Abre casa en Londres, por ser el mercado inglés el más importante cliente de sus bodegas a nivel internacional.
Asi transcurren largos años de fructifera actividad productora y comercial, hasta que, en 1970, la bodega toma la forma de sociedad anónima por su cifra de negocio, momento en el que exporta ya a otros países como Holanda. Alemania, Austria, Italia Francia, Bélgica y Dinamarca, en el mercado europeo, así como EEUU y Japón.
Entre la gama de vinos y brandies de Emilo Hidalgo, debe destacarse su jerez seco Panesa, fino para paladares entendidos, poco publicitado pero excelente, no por menos conocido para el gran público menos bueno, a la altura de los grandes finos como Tio Pepe o Fino Quinta.
Presenta también el oloroso seco Gobernador. El oloroso es un vino fino al que, a su crianza biológica, en fase anaeróbica, en presencia de velo en flor, sigue una fase aeróbica; es una fase oxidativa, ya sin el velo, en que el vino, tomando ya contacto pleno con el oxígeno de la bota, se oxida, y va adquiriendo un color bronce, más oscuro que el dorado del fino, y sabor y aroma más intensos,
En opinión de muchos de muchos expertos, ésta es la mejor forma de fino de Jeréz. Este vino ha sido galardonado con la Medalla de Oro en el Concurso Internacional de Vinos Bacchus 2000.
Otra joya de esta bodega es el Oloroso Viejo Villapanés. Un oloroso extraordinario, para cuyo envejecimiento se han empleado botas adecuadamente envinadas, seleccionando los "mostos gordos" para su elaboración, dando unos vinos de gran elegancia y muy estructurados, de color ámbar oscuro, limpio en nariz, cálido, redondo, untuoso, pleno, con notas de nuez y vainilla, en boca amplio y carnoso.
En cuanto a los vinos Pedro Ximenez, elaboran dos marcas. El PX Hidalgo, presenta un color caoba muy oscuro, con mucho cuerpo, redondo, con claros matices pasificados y notas tostadas y amaderadas. Vino de excelente factura que ha obtenido la Medalla de Oro en el concurso de vinos Bacchus 2002, medalla de Bronce en el Internacional Wine Challenge 2002, segundo puesto en el concurso Sumiller 200 Madrid, y ha sido elegido por la Associazione Italia Sommelier como el Mejor Vino Extranjero 2003.
Presenta también el PX Santa Ana 1861 envejecido en soleras datadas en 1861 en partidas fundacionales, llamadas Santa Ana, que sólo saca a la venta en ocasiones muy singulares y en cantidades muy limitadas, siendo muy difícil su adquisición.
El Palo Cortado, ese milagro de la naturaleza, está representado en esta bodega por el Marqués de Rodil Este fabuloso vino está criado con antiquísimas soleras de 1860, presenta un color caoba brillante, aroma avellanado, paladar seco, elegante y persistente, con gran cuerpo y vinosidad.
Y ahora vamos a presentar una verdadera joya enológica. Hay pocos, muy pocos, vinos de esta categoría. Se trata del Palo Cortado Viejísimo Privilegio. Con una crianza de 50 años (si, han leído bien), este vino está envejecido en las soleras fundacionales de la bodega, datadas en 1860, Sólo dos sacas al año, ciento cincuenta botellas. Conseguir una de ellas es una hazaña, y bebérsela, placer de reyes. Vino sin filtrar ni estabilizar, para conservar todas sus cualidades organolépticas, se embotella manualmente, botella a botella. Presenta un color caoba oscuro, de nariz intensa, muy fragante y expresivo, en boca es pleno, fresco, largo y persistente.
Dos marcas de brandy de Jerez. Gran Reserva Hidalgo, y Gran Reserva Privilegio. Ambos hechos con uvas de la variedad Airén y Palomino, y envejecidos en botas centenarias de roble americano, Se extraen para su embotellado de soleras datadas en 1874, presentando las notas de caramelo, miel y frutas desecadas propias de los licores hechos en barricas envinadas.
Es una bodega, en fin comprometida con la excelencia y la maxima calidad, para entendidos, lejos de los lugares comunes de los vinos y brandies de gran difusion comercial. Bodegas jerezanas puras, sin mixtificaciones, pata negra para paladares muy para negra.
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