miércoles, 9 de diciembre de 2015

BARES ANTIGUOS DE JEREZ: BAR LA MODERNA

En el número 67 de la calle Larga abrió sus puertas en 1938 el Bar La Moderna. El establecimiento se halla en una curiosa edificación en pleno casco antiguo de Jerez: en su frente da a la calle Larga, y en su espalda da a la antigua  muralla jerezana, que le sirve de muro medianero trasero. Se halla totalmente abierto al exterior en su fachada, formada por cuatro columnas, que dejan tres vanos entre ellas, coronadas por unos petos, donde se hallan el nombre del establecimiento y  los orificios de ventilación.


Accedemos al interior, y aparece en primer término una antigua barra de madera, donde ya nos podemos apoyar y degustar los vinos y el exquisito tapeo jerezano. Manzanillas, jereces, vinos del Condado de Huelva y todos los vinos andaluces reposan en los anaqueles. Tras ella, vetustos carteles taurinos en las paredes y viejas fotografías de célebres toreros nos revelan una antigua vocación taurina de este especialísimo bar.


Pero si nos queremos sentar a tapaer con calma, pasamos a la zona de mesas, que son antiguas máquinas de coser, con su pedal, sobre las que se ha dispuesto una losa de mármol blanco..Las paredes presentan un zócalo a media altura, sobre el cual, cuelgan antiguos grabados y carteles de motivos taurinos y viejos anuncios de vinos y licores


Pasamos a través de un arco carpanel rematado en ladrillo, y vemos ya el empedrado de las viejas murallas, en el que se han embutido largas vigas que soportan las altas techumbres, todo ello en madera. Antiguas lámparas cuelgan del techo, dando una iluminación muy especial sobre la piedra de los paramentos.


Todo Jerez pasa por La Moderna. Su encanto radica en su sencillez y autenticidad. La decoración está formada por los propios elementos constructivos, con la excepción de  los antiguos carteles de corridas de toros y fotos en blanco y negro de algunos diestros. El ajetreo en este bar comienza ya por la mañana, con el servicio de infinidad de cafés con su tosta de manteca colorá. Sigue con el pinchito de tortilla de media mañana y continúa con el aperitivo, en el que la tapa estrella son las lagrimitas de pollo. La tapa consiste en pequeños pedazos de pollo guisados con vino tinto, que quedan muy tiernos y con un gusto vinoso muy bueno.Pero no queda ahí la oferta gastronómica, que se compone de lo mejor del tapeo jerezano: chicharrones, chacinas ibéricas y quesos muy viejos. No se puiede pasar por Jerez sin entrar a tomar un fino o una cerveza en La Moderna y disfrutar de la charla de sus parroquianos y de esos silencios únicos de los viejos bares andaluces. En la calle Larga, número 67, se halla esta maravilla.



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