viernes, 29 de mayo de 2015

LOCALES DE MADRID CON HISTORIA: CASA PERICO


Pedro Jiménez fundó, con su esposa Victoria Fernandez, Casa Perico en 1942, en el número 18 de la calle Ballesta. Tras trabajar como camarero largos años, consiguió ahorrar lo suficiente para abrir su propia taberna, a la que dió su nombre, pues ya era propietario de su primer negocio.


Con sus ahorros, dividieron en local en dos, destinando uno a vivienda y otro a taberna. En sus inicios, sólo vendían vinos y aguardientes a los trabajadores de la zona, y también a granel. Mas tarde comenzaron a acudir los trabajadores de Radio Madrid, en la cernana Gran Via y personajes presentes en un momento u otro en la radio, como Tip y Coll. Tip convenció a Perico para dar tapas, y aunque empezaron por patatas fritas y aceitunas,  pronto vinieron las tortillas, calamares fritos y demás platos de la cocina casera.


Perico fallece en 1950 y su esposa e hijos se ponen al frente del negocio, transformándolo en restaurante.Empezaron a tomar fama en Madrid platos de la casa, como el pollo andarín, el arroz a lo cutre o la ensaladilla y, con ello, comienzan a frecuentarla personajes que luego de hicieron asiduos, como Pedro Piqueras, Fernando Trueba, Juan Echanove y muchos otros, cuyas fotos figuran en las paredes del local.

En la actualidad, se pueden degustar auténticas maravillas de la cocina madrileña fantásticamente preparadas, como los callos, el cocidito madrileño, costillas de lechazo, judiada estofada y unas ricas lentejitas. Entre los postres, las natillas y el arroz con leche, ambos caseros. Hay un dicho popular en Madrid que dice: "Si vas a comer a Casa Perico, todo está rico, rico".

CASA PERICO
C/Ballesta, 18
915 328 176
De 13,30 a 17, 30 y de 20,30 a 24,00
Cerrado Sabados noche y Domingos

LOCALES DE MADRID CO HISTORIA; VIVA MADRID




Aunque tiene una larga y vaiada historia, Viva Madrid vale más por su presente que por su pasado. No podemos decir aquí que conserve su antiguo encanto, ni que sus elementos constructivos y decorativos son los mismos que le vieron nacer, pero tiene algo todavía más meritorio y que debería servir de guía para todos aquellos que emprenden el bonito oficio de restaurador: dedse el presente, se ha recuperado el pasado, con todo su esplendor.



Viva Madrid fue, en su origen, en 1856, la Casa de Guadalajara. Fue, por ello, el punto de encuentro de todos los que partieron de su Guadalajara natal, buscando un nuevo medio de vida en Madrid. Funcionó así durante largos años,  hasta que, en los ochenta, fue reconvertido en bar de copas. En 2011 fue remozado por el Grupo Tartufo, y en 2014 pasó a manos de Emilio González y Marisa Iglesias


Hay que agradecer a los anteriores propietarios que respetasen los elementos constructivos y ornamentales más valiosos de la primitiva edificación, pues han hecho posible que llegue hasta nuestros dias. Es también digno de elogio que los últimos propietarios recuperasen el estilo de aquellos años en que se fundó, y lo pusiesen en valor, para que en la actualidad tengamos constancia de la maravillosa labor de ebanistas, ceramistas y demás oficios que, con gran maestría y dedicación, se realizaban en la época, y que colaboraron en la creación de este preciosa taberna.


Presenta una preciosa fachada revestida de azulejos pintados a mano, donde se anuncia el nombre de la taberna, algunas de sus vinos y una antigua imagen de la Cibeles. Grandes ventanales de carpinteria de madera y una puerta acristalada, y bajo un amplio toldo, una simpática terraza, donde tomar algo en los meses cálidos.
 

Es de destacar el fabuloso artesonado de las techumbres y, por supuesto, los azulejos de cerámica pintada a mano, típicos de las tabernas madrileñas más antiguas, y testimonio de un oficio bellísimo, que fue magistralmente realizado por los antiguos ceramistas españoles, los mejores del mundo, y que está desapareciendo.


El alicatado compone unos dibujos primorosamente trazados y ornamenta tanto su fachada como su interior. La barra de estaño nos lleva a otro tiempo, cuando un vino se tomaba sin prisas ni posturitas. Al pasar la barra, entramos a través de un arco al comedor, precioso, con zócalo a media altura hecho con azulejos, y decorado con fotografias antiguas de Madrid y grandes espejos.

 
Viva Madrid es en la actualidad uno de las tabernas más bellas de Madrid, con todo su esencia, pues ha sido sometido a una cuidadosa rehabilitación, respetando su clasicismo y  sus elementos fundamentales, aunque los avances del progreso, también dignos de agradecer, estén presentes en la cocina y otros recintos auxiliares del local, como espacios de conservación y almacenaje.



Es de destacar, en la carta, la merluza del pincho braseada con gazpachuelo de berberecho, y los chipirones a la plancha con cebolla confitada entre los pescados; el rabo de ternera estofado con rústico de patatas, y las carrilleras ibéricas a baja temperatura con cremoso de boniato, entre las carnes; y entre los postres el arroz con leche, que nunca debe faltar, y la tarta casera de queso.



VIVA MADRID

C/ Manuel Fenández y González, 7
914 203 596
De Martes a Domingo, de 11,00 a 02,00 h
Cerrado Lunes

jueves, 28 de mayo de 2015

LOCALES DE MADRID CON HISTORIA: "LA TIENDA DE VINOS" O "EL COMUNISTA"



La Tienda de Vinos fue fundada en 1888, con este genérico nombre, en el número 35 de la calle Augusto Figueroa, por Francisco Gómez. Pronto fue conocida como "taberna del guitarrista", debido a la afición del hijo del propietario, Vicente Gómez, de tocar la guitarra en su interior. Van ya por la cuarta generación y en la actualidad es Ángel quien la regenta.



En sus primeros tiempos, funcionó solamente como tienda de vinos, despachándose aguardientes, licores caseros y vino de Valdepeñas en pellejos.Las ventas iban bien, y con el tiempo se habilitó como taberna, con consumo de vino en su interior y de más productos, y luego con algo de condumio.


Desde el principio, estuvo muy vinculada con el mundo literario, y entre sus asiduos estuvo Rafael Alberti, Antonio Machado, Azorín y Benavente. Pero el nombre con el que es más conocida la taberna, es "El Comunista", por la afluencia de gentes de la  izquierda, debido a la proximidad de la Casa del Pueblo. La generación del 98 y la del 27 han pasado casi al completo por esta taberna.



Deciamos que esta taberna fue apodada "el comunista". La proximidad de la Casa del Pueblo hacia que muchos socialistas de Pablo Iglesias y otra militantes de izquierda pasasen por ella. En aquella época, a toda la gente de la izquierda se les llamaba comunistas, aunque fuesen socialistas o anarquistas. De ahí que a la taberna se la conociese popularmente como "el comunista". En la Casa del Pueblo se instaló en el año 1925 el velatorio de Pablo Iglesias.


Estaba instalada en el palacio del Duque de Béjar, y la conversión del palacio en Casa del Pueblo se realizó con las cuotas de unas setenta organizaciones obreras y el apoyo del Ayuntamiento de Madrid. Esta institución popular ofrecia servicios médicos, farmaceiticos y de enterramiento. Contanba además con una biblioteca con más de 30.000 libros, donados en buena parte por Pi i Margall, Pérez Galdós y Largo Caballero, por lo que sirvió además como espacio cultural y de debate político, .llegando a dar en ella conferencias y charlas intelectuales como Ortega y Gasset. El precioso edificio siguió la suerte de otros palacetes en Madrid, y lamentablemente desapareció en 1953 para dar lugar a uno de tantos edificios de viviendas.


Este barrio dió cobijo a una buena parte del gremio de los herreros, y varias fraguas se instalaron en calles próximas, realizando los más diversos trabajos de forja, desde barandillas y columnas para la edificación,  a herramientas y útiles para otros oficios. Buena muestra de ello son las columnas de forja que sustentan los techos de "el comunista".


El comunista es, por todo ello, una taberna llena de historia, y por ella han pasado los más importantes escritores, políticos y sindicalistas de nuestro pais. Si a ello le añadimos que ofrece una comida casera de gran calidad y autenticidad, con unos precios muy contenidos, concluiremos que es el lugar adecuado para comer bien y barato, en una casa con solera y con sedimento cultural e histórico; poco que ver con esa especie de salas de hospital, frias y minimalistas, que algunos llaman ignorantemente "bares", donde uno come poco, mal y caro.


Echen un vistazo a la carta y verán que se cobra lo justo, y además está todo bueno, y además de todo ello, este lugar tiene historia, encanto y sabor madrileño.



TIENDA DE VINOS  (El Comunista)

Augusto Figueroa, 35
915 217 012












"TIENDA DE VINOS"(EL COMUNISTA)
C/Augusto Figueroa, 35
915 21 70 12
MADRID

miércoles, 27 de mayo de 2015

LOCALES DE MADRID CON HISTORIA: MALACATIN



Este establecimiento fue abierto como despacho de vinos en 1895, por Julian Díaz, originario de Horcajo, pueblo de Cuenca. Julián habia llegado de Horcajo en 1893 a Madrid, y  trabajó durante estos dos años de camarero en una pequeña taberna, hasta que reunió el dinero necesario para abrir su propio negocio. Eligió para ello un local, en el número 5 de la calle Ruda, que no tenía agua ni luz, y se limitaba a vender vinos y aguardientes alumbrado por faroles de aceite, siendo sus mas asiduos clientes albañiles, cocheros y demás trabajadores que iniciaban su jornada laboral muy temprano tras un trago de aguardiente.



 Casó al poco tiempo con Maria y tuvo doce hijos, diez de ellos hembras, que mas tarde comenzaron a trabajar en el negocio paterno, siendo entonces conocido como "las chicas". Uno de sus más asiduos clientes era un pobre, llamado Malacatín, que acudia al local acompañado por su guitarra, y amenizaba sus visitas con una canción, cuya letra se limitaba a su nombre con el estribillo "tin, tin,....": "Malacatín, tin, tin...."además de otras melodías, por lo que era obsequiado con algunas copas por Julián.

En la casa tomaron aprecio al singular músico, y al pasar el negocio Julián a su hija Florita, ésta decidió poner nombre al local y eligió para ello el de alguien muy vinculado a la casa: el de su estimado Malacatín..


En la década de los cincuenta, superadas en parte las precariedades económicas de la posguerra, dotan al local de cocina y empiezan a dar comidas, especializándose en un plato muy madrileño: el cocido.


Pronto adquiere fama en la ciudad, y el público abarrota el local, haciéndose célebre en todo Madrid. Tras una fructífera etapa, Flora, que llevó la taberna al prestigio que hoy tiene, la transmitió a su hijo Alberto, que la regenta en la actualidad. En Malalacatín se sigue sirviendo uno de los mejores cocidos de la capital, con merecida fama,  además de otras especialidades de la cocina madrileña, como el puchero de gallina, los callos y las manitas de cerdo, tambien exquisitas.



Accedemos al interior del local, que presenta una antigua barra, sobre la que cuelgan los típicos globos de las antiguas tabernas, y tras ella, una bonita contrabarra, con botelleros de madera y antiguos espejos. Tanto las paredes de este recinto como las de comedor están decoradas con zócalo hecho con azulejos pintados a mano a media altura, y sobre éste enorme cantidad de cuadros y fotografías de asunto taurino, que nos recuerdan la vinculación de esta taberna con el planeta taurino, desde tiempos remotos hasta la actualidad.


Malacatín sólo abre por la mañana, lunes, martes miércoles y sábados, de 11 a 17 h;  y los jueves y viernes, tambien por la noche, de 20 a 24 h. Cierra los domingos.

MALACATIN

C/Ruda, 5
91 365 5241

martes, 26 de mayo de 2015

LOCALES DE MADRID CON HISTORIA: TABERNA OLIVEROS



La Taberna Oliveros fue fundada en 1922 por la familia Oliveros, procedente de Asturias, como tantas tasquitas de la época, la mayor parte de ellas abiertas por asturianos. Aunque la fundación de Oliveros data de 1922, se abrió sobre otra taberna que existía mucho tiempo atrás..



Manuel Oliveros trabajó como camarero en el bar Platerias de la Plaza Mayor, hasta que pudo ahorrar lo suficiente para comprar, en 1921, la taberna.situada en la calle San Millan , número 4, por unas diez mil pesetas. a la que dió por nombre Casa Manolin, como era conocido popularmente, para después cambiarlo a Taberna Oliveros, dándole entonces su apellido.



Durante el primer año funcionó solamente como taberna, pero en el segundo se le dotó de comedor, pasando a ser también restaurante. En esta época, Manolo pone un cartel hecho con azulejos en el que se puede leer:  "Para comer bien y barato, San Millan, 4".


 Asimismo, imprime unas cartas con los precios, y un pequeño anuncio en el que se publicita escuetamente la cocina asturiana y madrileña que ofrece, aludiendo de nuevo a los asequibles precios con la misma leyenda. ligeramente modificada: "Si quieres comer bien y barato, visita la taberna San Millan, 4".


La comida que se servía era cocina española, con algunas notas de la cocina tradicional asturiana y otras de la madrileña, con una oferta bastante completa, ofreciendo un plato del dia. Los jueves se preparaban callos a la madrileña y los sábados fabada asturiana, dejando para el domingo el pote gallego. Los precios, muy contenidos, entre una peseta y una peseta y media, ofertando la botella de Valdepeñas añejo en una peseta, y la media botella, en 55 céntimos. En la carta, atendiendo a la precariedad económica de la época y para evitar situaciones incómodas, se advierte. "No se admiten propinas".


Manuel casó con la dependiente de una perfumeria que había en la misma calle, en la acera de enfrente, y tuvo 5 hijos, falleciendo en 1954. Se encargan entonces del negocio sus hijos, Ángel y Antonio, hasta su jubilación, a finales de los años 80.  En 1999 tiene lugar un maravilloso acontecimiento y es que Julio, un nieto del fundador e hijo de Antonio, decide reabrir la taberna.


La taberna presenta una entrada decorada con antiguos azulejos hechos a mano, y el letrero antes comentado, realizado también con los mismos, con la preceptiva puerta de madera pintada en rojo, inexcusable en cualquier taberna madrileña que se precie. En su interior, encontramos una preciosa barra, con unos antiguos botelleros de madera. Las paredes decoradas con un arrimadero a media altura, hecho con azulejos, un espejo,  antiguos  relojes, una más antigua maquina registradora, y una saturadora de agua de setz, tan típica de las tabernas antiguas de Madrid.


Al fondo, el comedor, decorado de la misma manera, con azulejos, espejos, abundancia de cuadros y carteles de asunto taurino, y unas mesas con el pie de hierro fundido. Hoy en día, como ayer, se sirve cocina española, con especialidades típicas de la cocina asturiana y madrileña. Es preceptivo probar la fabada, las fabas con almejas y los callos a la madrileña. Se hace a diario uno de los mejores cocidos madrileños de la capital. De postre, es inexcusable tomar los asturianísimos frisuelos.


TABERNA OLIVEROS

C/ San Millán, 4
91 354 62 52
De 13,30 a 16,00 y de 20.00 a 24,00
Cerrado Domingos noche y Lunes

LOCALES DE MADRID CON HISTORIA : CASA PACO





En el número 11 de la calle Puerta Cerrada, abrió sus puertas Casa Paco en el año 1933. Paco fue un joven camarero que, tras trabajar en muchas otras tascas, consiguió su objetivo: abrir la suya, a la que puso su nombre.


Originario de Guadalajara , Francisco Morales Esteban partió a Madrid cuando apenas contaba diez años de edad, y comenzó trabajando en la Cantina de la Ronda del Conde.Duque. Así transcurrieron sus primeros años en la capital,  trabajando a  tan corta edad de tasca en tasca,  hasta que abrió en la Paza del Carmen su primitiva Casa Paco.


Tras un discreto éxito, abre una taberna mayor en la Puerta Cerrada, en una antigua tasca de la que poco se sabe, salvo que estaba abierta desde 1870, que es el local que hoy conocemos. Durante la guerra civil se mantiene cerrada, abriendo de nuevo al término de la misma.


Tras la nueva apertura, comienza a ser frecuentado por seguidores del antiguo carnaval, prohibido ya en los primeros años del régimen franquista,  y consiguen permiso para festejar el entierro de la sardina, que Paco habia celebrado, con gran éxito de publico, en los años previos a la contienda. Al principio tiene un discreto éxito, pero viendo que no traia desagradables consecuencias con la policia, el publico acude ya en gran número al festejo, vistiendo con chistera y capa.


Llegan los años 60 y el local adquiere fama inusitada, con la asistencia de grandes estrellas del cine presentes en Madrid, como Ava Gardner, Marcello Mastronianni, Charlton Heston o Robert Taylor.


Casa Paco es una de las tabernas más recomendables de Madrid para tomar el aperitivo, siendo lo más tipico el vermut de grifo, y las tapitas de chicharrones, queso manchego y torreznos. Si pasamos la barra, tenemos al fondo varias pequeñas salas donde se sirve comida manchega, y sus especialidades son los callos, los huevos rotos y el pisto. También disponen de una antigua cocina de carbón,  donde preparan otras dos especialidades: : la ternera de Ävila y el solomillo de buey.


Casa Paco es una de esas tasquitas que representan una alternativa a las horteradas minimalistas actuales, hechas para indocumentados y nuevos ricos, procedentes en gran parte del ladrillo y que dan fe de la España que fue y la España que no ha dejado de ser, pues es la de todas las épocas.

CASA PACO
c/Puerta Cerrada, 11
913 663 133
Abierto toda la semana.

lunes, 25 de mayo de 2015

LOCALES DE MADRO CON HISTORIA: LA CASA DEL ABUELO




Fue fundada en 1906 por Tomás del Hierro, en el número 12 de la calle Victoria. Tomás. originario de Toledo. tuvo la idea de especializarse en algo distinto a la competencia, y comenzó a dar vino dulce y rosquillas a precios muy populares.Inicialmente la taberna se lamó " La Alicatina",  por el origen del vino dulce que en ella se servía. Se conocia popularmente como "vino del abuelo" y comenzó a llamarse coloquialmente a la taberna "la casa del abuelo", La ideo tuvo bastante éxito, y en 1900 decidieron cambiar el nombre a "La Casa del Abuelo".



 Pero llegaban los años veinte y había que renovarse. Tomás tuvo otra idea, que le hiciese diferente  de los demás: comenzó a vender bocadillos, a precios muy asequibles. Comenzó con anchoas, chorizo y sobrasada. El éxito fue enorme, y llegó a vender 1,500 bocadillos en un solo dia, llegando la plantilla hasta trece camareros, y ampliando el horario de 9 a 3 de la madrugada.


Así se mantuvieron hasta mediados los años treinta, pero llegó la guerra civil y con ella, la escasez de harina. Un día, caminando por el mercado de la Puerta de Toledo, se topó con una caja de gambas que nadie había podido comprar. Decidió comprarla e incorporar las gambas al menú. Por un modesto precio de una peseta y sesenta céntimos, daban un plato de gambas a la plancha y un vino dulce.


Nuevo éxito de Tomás, que se convertiria en el sello de la casa. Las gambas se vendián en cantidades nunca imaginadas: en un día llegaron a servir 306 kilos de gambas a la plancha. Comenzaron a hacerlas tambien al ajillo, y en los años cuarenta, eran la seña de identidad de la taberna. El éxito se medía en cantidad de cáscaras de gambas tiradas al suelo,  y cuenta la leyenda que venían de otros bares a robarlas para simular unas ventas parecidas.


Hoy en dia, como hace más de cien años,  sigue siendo un placer ir a tomar el apertivo, con una bebida fresca y las gambas, a la Casa del Abuelo, que ha abierto dos locales más: uno en la calle Nuñez de Arce, 5; y otro en Goya, 57.


La historia de la Casa el Abuelo es la historia de unas personas humildes que intentaron, y consiguieron, vivir de hacer algo distinto a los demás, con mucho trabajo y abnegación, en una época de enorme pobreza y necesidad.. En esta esforzada aventura, estuvieron ayudados por una fabulosa cuadrilla de muy jóvenes camareros, alguno de los cuales no llegaba a los catorce años de edad. Tal era el afecto y el compromiso de ellos con la casa que, tras largas y agotadores jornadas, en las que se despachan inacabables cantidades de bocadillos y gambas, dormían en  el propio bar para empezar de nuevo la mañana siguiente

CASA DEL ABUELO

C/Victoria, 12
De 12,00 a 24.00
910 000 133
Abierto toda la semana