lunes, 2 de enero de 2017

EL ROSCON Y EL VINO


Para la comida del día de reyes, lo más importante no es la comida, sino el postre. Y para los que pedimos algo más que una buena comida, nos espera la verdadera joya enológica de nuestra vinicultura: el vino de Jerez dulce, en sus distintas variedades, un vino único en el mundo y reconocido en todo el mundo, siendo España, lamentablemente, uno de los sitios donde es menos conocido. Lo que no se conoce no se valora, y la ignorancia no es una buena compañera.


En el roscón de reyes buscaremos las sorpresas, en el roscón que supone el nuevo año, buscaremos también nuestras sorpresas, y en el vino de Jerez buscaremos sensaciones tenues, sutiles, magníficas, que nos dirán que en este mundo es bello si uno se sabe mover por él.


Y como a la ignorancia la vence el conocimiento, me permito sacar del arcano a un gran vino como es el amontillado viejo El tresillo 1874, de Bodegas Emilio Hidalgo. Bodegas Hidalgo, con su buen hace bodeguero, y en medio de Jerez, en la calle clavel, en pleno casco viejo jerezano, y tambien con delegación en Londres, pues los ingleses no ignoran todo ello, ofrece esta joya enologica que se ha criado en barricas de cuando nustros bisabuelos no habian nacido, y el ferrocarril estaba dando sus primeros pasos.

Envejecido en las soleras fundacionales de esta bodega, en 1874, este amontillado viejísimo es una verdadera joya, con una crianza de más de 50 años. en las botas de roble americano con que se fundaron estas bodegas. De color caoba rojizo, elegante, con mucho cuerpo, denso y untuoso, con aromas complejos e intensos, con notas de almendra, vainilla, barnices, caramelo, miel,  y viejas maderas jerezanas, con maravilloso postgusto. Hay muy pocos vinos de esta categoría. Con lo que queda de dinero, haga un pequeño esfuerzo y consiga una de estas escasas botellas que tienen tantas cosas dentro.









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