martes, 8 de marzo de 2016

BARES DE SANLUCAR DE BARRAMEDA: LOS APARCEROS.



No nos lo han estropeado todo. Estos mequetrefes jugando a grandes banqueros que se creyeron Paul Getty, estos palurdos del ladrillo que se dedicaron a construir hasta en los pantanos, y a empufarse hasta límites no conocidos hasta la fecha, estos pipiolos indocumentados jugando a estadistas que se creyeron Winston Churchill, esa asquerosa especulación inmobiliaria que ha hecho desaparecer gran parte de los viejos bares de nuestras ciudades, no han podido joder uno de los lugares más bellos en su paisaje, y más simpáticos para chatear unos vinos y tomar unas tapitas, como es Sanlúcar de Barrameda.

Hemos dejado atrás el Barrio Bajo, el más marinero, para volver más tarde, ya que queremos vistar la zona más monumental e histórica de la población, y pasear por sus estrechas y sinuosas calles.Hemos visitado la Plaza de Abastos, y  el Palacio de Medina Sidonia, y su fabuloso archivo histótico, más conocido aquí como Casa de los Guzmanes, y también el Palacio Orleans-Borbón, hoy Ayuntamiento de Sanlúcar. Hemos visto el fantástico Castillo de Santiago, fundado tambien por uno de los Guzmanes, Enrique Pérez de Guzmán, II Duque de Medina Sidonia. Aquí nos esperan unos cuantos bares muy especiales y, como no sabemos por cual empezar, decidimos visitarlos todos.


Solamente hemos trazado un condicionante: empezar por los más humildes, por los más populares, poque intuímos ,y no no equivocamos, que una de las mejores cosas de Sanlúcar son sus gentes. Y para conocer una ciudad y sus gentes hay que ir a las viejas calles y a los viejos bares. Nos decantamos por Los Aparceros, uno de los mejores y más conocidos bares sanluqueños, y sin embargo, uno de los más económicos. ( Sí, aqui todavía es posoble esto, aquí no han llegado "grandes banqueros" ni "estadistas de alta política" ni "importantes constructores").


En el número 16 de la calle Pozo Amarguillo, nos espera este pequeño y simpático bar que nos depara la primera sorpresa de la jornada: una tapa de ajo extraordinaria.. Con un "majao" hecho a base de aceite de oliva, pan, pimiento, ajo y tomate. Verdaderamente exquisito Esta maravilla y una manzanilla sanluqueña, que en esta casa es "La Garbriela" cuesta, atención, 0,90 euros o, lo que es lo mismo, como diría un político, 90 céntimos. Lo crean o no.


El nombre de este bar procede de un modo de explotación agrícola muy común en Andalucía, el contrato de aparcería. Esto significa que el dueño de un terreno lo alquila a otro, a cambio de una parte de los beneficios, para que lo explote. Es decir, significa "ir a partes": una parte se la lleva el dueño, normalmente menor,  y otra, mayor,  el que cultiva ese terreno. Y en este bar, parece que una parte de la consumición la paga el cliente, y otra, el que explota el bar, por lo ajustado de los precios.


No es una taberna muy antigua, pero sí es una auténtica taberna. Su barra de acero inoxidable, siempre brillante, nos dice que aquí hay verdad, que no se pretenden historias centenarias. No es la clásica barra de mármol blanco o madera de las tabernas centenarias, porque no es una taberna centenaria..Unos pequeños barriles de manzanilla y unos jamones colgados del techo definen toda la decoración. No hay aquí azulejos trianeros, columnas de forja o soleras de barro cocido. Unas pocas fotos antiguas enmarcadas y poco más.


Lo que si hay en una tapa de ajo que puede ser una de las mejores tapas de España, y una manzanilla servida en su temperatura.Y muy buen rollo, como debería haber en cualquier taberna. Aquí se viene a tomar "el ajo" y "La Gabriela", a charlar y a tomar más "Gabrielas".Nos cuentan que los viernes hay menudo de ternera (callos) y quedamos en volver el viernes, aunque sabemos que volveremos antes.



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