viernes, 29 de abril de 2016

BARES DE TREBUJENA: EL LITRI


Salimos del Puerto de Bonanza con destino a Trebujena, pequeña y preciosa ciudad en la ribera del Guadalquivir,  ya en el interior,  guardando muy buenos recuerdos de Bonanza, que volveremos a visitar tan pronto como sea posible.


Trebujena, localidad situada más al noroeste, toma su nombre de Trebecio, jerarca del Imperio Romano, que disfrutó de propiedades y privilegios en este lugar, y cuyo sello, con su nombre, aún aparece en trozos de ánforas de aceite de la época, halladas en este lugar.


La villa de Trebujena fue donada  por Fernando IV en 1297  a Guzmán el Bueno, fundador de la Casa de Medina Sidonia, formando parte del Señorío de Sanlúcar. Tras dos siglos como estado de la Casa, en 1494 el III Duque de Medina Sidonia otorga Carta Puebla a Trebujena, que se constituye como municipio independiente de Sanlúcar. Como testimonios que se conservan del poderío de la Casa de Medina Sidonia en el lugar,  destacan el Castillo de los Guzmanes y el Cortijo de Alventu.


El Guadalquivir atraviesa este lugar a lo largo de unos seis kilómetros, dando a esta comarca agua para las huertas, y también angulas para las cazuelas, lo que tendrá una enorme importancia en la cocina de la zona y, por supuesto, en el panorama tabernero de Trebujena.


Y tras visitar estos y otros monumentos, como la Ermita de la Virgen de Palomares, patrona de Trebujena, nos dirigimos a uno de sus monumentos taberneros, como es la célebre tasquita "El Litri", que debe su nombre al enorme diestro valenciano.


En 1970, Antonio Romero Bustillo, el otro "Litri", regresa de Francia, donde había trabajado largos años, y retorna a Trebujena, donde abre esta taberna ese mismo año. No era un oficio nuevo para Antonio, pues conocía bien la hostelería, ya que de joven había ayudado a sus tíos, Rafael y Juan, en el bar. Así que pone en marcha, con sus ahorrillos,  este establecimiento, en el que pasará el resto de su vida.


En 2010 nos dejó el Litri, y se puso al frente del negocio su hijo Antonio Romero Evangelista, "el Litri hijo",  su hija Francisca, y su viuda Francisca Evangelista, con la misma dedicación y profesionalidad de su emérito padre.
Como decíamos antes, el Guadalquivir atraviesa este lugar, ya próximo a su desembocadura, y nos deja una de sus más preciadas joyas gastronómicas: las angulas, que son una de las especialidades de esta taberna. Deliciosas angulas frescas "pasadas por aceite caliente" y con unos ajitos y unas guindillas, y regadas por una fresca manzanilla sanluqueña, es placer de reyes.


Otra de las especialidades de esta casa son los garbanzos guisados, de calidad extrema, y las tagarninas, especie de cardo típico de esta tierras, lo que llaman "la berza". Y una extraordinria carne mechada, quizá la especialidad mas célebre de aquí, junto con las angulas.


Y seguimos camino por Trebujena, reconfortados por las maravillas culinarias de esta casa, que situamos entre los monumentos más importantes de esta villa, aunque no sea de la época romana.

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