Seguimos nuestra ruta cervecera, aunque parece que llega el momento de echarle algún sólido a la ruta para poder seguir con los líquidos. Para ello, nos dirigimos al número 2 de la Plaza de la Gavidia, y allí encontramos el Dos de Mayo. En el chaflán se halla la entrada, de estilo tabernario antiguo, con unos amplios toldos bajo los cuales se puede tomar la Cruzcampo resguardados del sol en los meses cálidos, que en Sevilla empiezan pronto.
Pedimos dos Cruzcampo y nos las traen, no frías, sino heladas. Como debe ser, y como aconsejan las altas temperaturas que tenemos. La cerveza debe estar muy fría, sin complejos, sin matices referentes al burbujeo, la escasez de espuma a esas temperaturas y demás tonterías. Es una bebida larga, el vaso sube rápido de temperatura por el sol y el calor de nuestra mano, y hay que tomar bien fresco hasta el último sorbo. Las acompañamos con pan de jamón y salmorejo, que está muy rico.
Como la temperatura de la cerveza se ajusta a nuestro leal saber y entender, pedimos dos más. Otra de las cosas elogiables de este bar es su servicio: rápido y cordial, como debe ser. Acompañamos en este caso las cañas con "Mambrú Caramelo", que es un queso de cabra sobre un panecillo con cebolla caramelizada, que está delicioso. Recomendamos sin reservas este lugar, por ser bueno, bonito y barato.
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