El Mesón del Champiñón no es una taberna centenaria, como otras que hemos comentado aquí, pero es una taberna antigua que tiene parte de lo mejor de nuestra historia hostelera nacional.
Corrián los felices años sesenta, cuando nuestra querida España comienza su despegue económico y empieza a darse a conocer en el mundo como uno de los destinos turísticos más apetecibles de toda Europa. En aquellos años es nombrado Ministro de Información y Turismo el irrepetible Manuel Fraga Iribarne. Además de otros proyectos que resultaron muy beneficiosos para el turismo y la hosteleria en España, como los Paradores Nacionales, se toman distintas soluciones para proteger el Patrimonio Histórico, y se dispone que sean destinados a hostelería los sótanos de los edificios de la Plaza Mayor. Se garantizaba así su conservación, evitando que se conviertan en ruinas, y poniendo en valor nuestra industria hostelera como pais con antigüedad y categoría.
De este modo, se convirtieron estos sótanos de los edificios de la Plaza Mayor, que tenían entrada por la espalda de estos edificos, usados como almacenes y en grave estado de deterioro, en locales destinados a establecimientos de hostelería.
Así nació el Mesón del Champiñón en 1966, que fue abierto por Justo Nieto en el número 17 de la Cava de San Miguel. Con 16 años se habia trasladado a Madrid, y trabajó de camarero algunos años, hasta que monto junto con sus hermanos el bar "Los cuatro hermanos" en Carabanchel. Posteriormente decidió independizarse y montar su propio local, emprendiendo una aventura hostelera con el Mesón del Champiñón, además de otras que le segurían: el Rincón de la Cava, también en esa zona, la finca ·"Los Jarales" y "La Entrada", en Torrelodones.
El negocio fue un éxito paralelo al que España experimentó a lo largo de esa década, en que se convirtó en el destino vacacional favorito de toda Europa, e incluso en lugar preferido de jubilación, para pasar su merecido retiro, situación que se ha mantenido hasta nuestros dias. En la actualidad, el mesón es regentado por Angel Nieto Antón, descendiente del fundador.
Abriendo una gruesa puerta de madera, accedemos al interior del local, que en primer término presenta una antigua barra de madera, tras la cual hay unos vetustos botelleros y antiguos letreros donde se anuncian las especialidades de la casa, entra las que están, como su nombre indica, los champiñones. A través de un arco de medio punto pasamos al comedor, que presenta techos abovedados, las paredes enlucidas con mortero grueso pintadas en colores claros, adornadas con abundantes grabados, y los suelos de barro cocido.
Aunque en barra podemos degustar ya los famosos champiñones, es mejor pasar a la sala, pues suele tener mucho público, con abundancia de extranjeros, como toda esta zona, Los champiñones los preparan de diversas formas, pero lo mejor es tomar los de la casa, que están rellenos, previa extracción del tallo, por un refrito de ajo, perjil, aceite, chorizo, vino y un golpe de limón.
También están exquisitas las croquetas caseras de jamón, la tortilla de patata, los boquerones en vinagre y los pimientos de Padrón. Es costumbre acompañarlos con sangría de la casa, que aquí preparan muy bien y con alto contenido en alcohol, No hay grifo de cerveza, único fallo en esta precioso "sótano" que afortunadamente fue transformado en mesón.
MESON DEL CHAMPIÑON
Cava de San Miguel, 17
915 596 790
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